Mi peso muerto
cae sobre las noches largas
y en mi ser un pozo
del que un eco sale
de un grito largo
hará tiempo enterrado
entre paredes de papel
quemándose...
Esta es la red
que tanto atrapa
a un pasajero
de su desánimo,
a un vagabundo
por el mundo adelante
buscando algo
cuyo brillo le llame
también a amarlo.
Un día acaba
siempre igual
y aquí las plagas
van inundando
mi certeza
de que existo aún
sin esa mano
que tú me eches
para salir a la luz
ante un espejo
que mi alma cubre...
La realidad es sucia.
Aquí vivo,
solo conmigo
en una esquina,
lejos de ventanas
que dejen pasar algo del día,
olvidado de todos
los seres queridos.
¿Dónde voy a encontrarte,
oh, maravilla?
¿Cómo es posible que esto pase
y encima a mí?
¿Cuándo va a acabarse
este sufrir?
Camino hacia el ocaso
mis preguntas se rinden
apenas ya han empezado a existir.
No veo nada
a qué aferrarme
presa de un encantamiento
que me tira con la rima
hacia donde nunca pensé llegaría.
Muero ahora
aún sin ti...