Le pongo fin,
queridas mariposas,
a esta aventura.
Ha sido grato
estar junto a vosotras,
en estos meses.
Pude volar
y ver con vuestros ojos,
tanta belleza.
Pero no marcho,
quizás haré un descanso,
lo necesito.
Y con mis sueños
iré a buscar los vuestros
día tras día.
Quiero seguir
amando, en la derrota,
con mi navío.
Pero estaré
pendiente de tus alas,
mi mariposa.
Y seguiré
escribiendo en la distancia,
con tinta y sangre.
Quizás un día,
me duerma, para siempre,
con tu sonrisa.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/04/21