Caminamos de la mano por las estrechas calles,
Mientras nos ilumina con su luz la luna a nuestros corazones amantes,
Con pasos lentos, llenos de romanticismo, se hace nuestro amor más grande,
Nos inunda la paz y el silencio haciendo de nosotros una bella imagen.
Todo lo hacemos en pequeños instantes,
Bajo las estrellas azules centelleantes,
Las flores, aunque haya oscuridad, con nuestro amor se abren,
Todo es tan hermoso, los minutos renacen.
No pasa el tiempo y se detiene también el aire,
Solo quedamos nosotros bañados por la luz en esa calle,
El romanticismo de toda la pequeña ciudad quiere apoderarse,
Mientras nos damos besos abrazados en un infinito romance.
De vez en cuando nos tapa la luz de la luna las nubes desiguales,
Solo nos iluminan las luces de los viejos y tenues faroles,
Que están en la esquina de la estrecha bocacalle,
Donde nuestras bocas en románticos besos fueron a encontrarse.
Donde nuestras almas no tardaron en mezclarse,
Ni mis ojos tardaron con tu mirada dulce encontrarse,
Con tu inocencia única que tienes de hermoso ángel,
La que todo tu amor sobre mí lo esparces.
“Nuestros corazones rápidamente laten, gobernados por el amor, que me hizo de ti enamorarme, mientras entramos en nuestro cuarto cubierto por la noche con su manto negro, en el que nos amamos arrullados por el silencio, de las noches de Toledo.”