La noche encima
de mí. Qué auxilio
cuando tanto tira
a hacerlo aún...
La misma gris rutina
del ser tan lúgubre.
Anida aquí
un instinto suicida:
yo que me aburro
de dar la vuelta
al infinito abismo.
Me hundo en dicha
ya hoy que es día...
La eterna pugna
conmigo mismo...
Y esta sombra
que aún conspira
amaneceres míticos
donde la espuma emigra
y te ocupa el sitio.
Quiero acabar con esto
ya lo más rápido,
huir de aquí
hacia otra vida
y sentirme especial
por estar tan solo...