Te imagino, te diviso
-con atención-
en la noble autonomía
de una protectora habitación
tapizada por tu corazón
de visibles e invisibles fotografías:
tu leyenda, tu razón, tu vida.
Afuera ausculto la queja
de un belicoso céfiro gris
herencia de tanta tormenta.
Junto a los movimientos telúricos
de una gigantesca multitud
que transita agitada, automatizada,
de ceguera e injusticias, infectada.
Pero dejando de lado los horrores
-que son y seguirán siendo-
de otros, de millones…
yo te veo a ti -a ti-
inhalando tu concreta tiniebla
parida por el útero del miedo
entre cuatro muros
que son tu todo.
En ellos hay mares, hay montañas,
hay aves y también túneles
donde circulan arañas.
Espacio entrañable y profundo:
un respetable mundo, muy tuyo.
Te veo allí…
surfeando con letras
el hastío y el desprecio
por el yerro y su secuela.
Por ese exterior
que con parlantes
chilla bondades falsas
sin pausa, sin callarse.
Créeme, eso no terminará.
Es indignante, es feo,
pero es la triste verdad.
Es el bajo instinto de la sombra
que la humanidad debe enfrentar
y ojalá, algún amanecer, sanar.
Te entiendo y te abrazo
y aunque de poco o nada sirva
yo igual te doy un apretón
que no será de torsos
pero si de almas.
Dime por favor
cómo no entender
lo que es continuar aquí
viviendo de sobrevivencia.
Si la gran masa de siluetas
que intentamos ser buenas
y que aún amamos la tierra
lo hacemos cada día, cada hora,
cada minuto, cada segundo.
Sé que hay algunas diferencias
cada quien con su peso y lomo
pero, no te sientas solo.
Todos tenemos un ángel
que nos acurruca con sus alas
pero que nunca se deja ver.
Busca hoy la conexión
que el tiempo es veloz.
Hurga a tu alrededor.
Tus seis vivos sentidos
están a tu disposición.
Relata si te nace, si te sirve,
tus pesares, tus anhelos,
tus reveses, tus pesadillas
que tú y todos,
de ti aprendemos.
En tu escritura única
se subraya y emociona
tu honestidad, tu sensibilidad,
tu grito de cambio, tu legalidad.
Si supieras hermano
lejano-cercano, humano,
cuánto admiro tu historia terrenal.
Entonces mi pensamiento es uno,
neto y puro:
“cuánta valía puede tener
-y sostener-
cada día y noche
un cuerpo, un pensar,
un alma, un sentir,
henchidos todos…
de emociones adversas”
Ante tanta batalla luchada
-sin que yo vea derrota-
ante tanta cicatriz
-sin que yo vea deformidad-
ante tanta digresión
-sin que yo vea locura-
la existencia sin lucha
la vida sin heridas
el aprendizaje fácil
que poco o nada enseña
se percibe excesivamente zonzo:
¡Menos que nada!
Ante tus horas
ante tu historia
ante tu prosa…
ante tanta grandeza
¡me siento diminuta!
Y el resto perverso de ese afuera
solo aletea, ensucia y molesta
porque ante ti, hombre poeta,
-héroe aunque no lo creas-
son nada más que…
¡moscas!
.
.
.
P-Car
Mi Poesía: Yo te veo a ti (poesiasdepaty.blogspot.com)
Paty Carvajal-Chile
Derechos Reservados
Propiedad Intelectual
Imagen: de Internet