Tengo en el alma lagos
azul claros
y de vasta forma;
en los ojos témpanos
de lágrimas inconmovibles;
en las manos diez saetas
para herir al horizonte
y derrumbar las distancias;
y en la boca
en la boca nuevos versos
para gritar en las noches;
y diez desvaríos nuevos
para creer que sueño,
mientras persigo a las sombras
y las sombras
al nuevo destello
que rasga terciopelos
multicolores esperanzas
que terminan siendo
nuevos y también
inconmovibles destierros.
Bolívar Delgado Arce