Buen día, princesita.
Adelante, entra.
Qué satisfacción
hayas accedido a mi invitación.
¿Deseas tomar algo?
Has respondido lo mismo
que pienso, es demasiado
temprano para beber.
depende de qué...
¿Un vaso de agua, tal vez?
Bien, cuando quieras...
Siéntate. Te has hecho
un nuevo corte de cabello.
Te sienta muy bien.
Te he mandado mensaje
para que me visites,
porque eres una niña
muy allegada a mí.
Gracias por opinar lo mismo, pequeña.
Desde que falleció
mi mujer, esta casa
es demasiado inmensa
para mí solo.
Me agrada me alabes
los adornos que existen
en este ambiente.
Todos fueron elegidos
por mi esposa.
Tú no la has conocido en vida.
Pero tengo fotos
de ella que en cualquier momento
he de mostrarte.
¿Seguro no quieres
tomar algo? Bien.
¿Cómo andan tus estudios?
Me alegro mucho.
Eres una mujer muy inteligente.
¿Lo has adquirido
de alguno de tus padres?
Sí, sí... tienes razón...
me había olvidado
que me contaste eres adoptada.
Con tus veinte años...
eres toda una dama.
No me lo agradezcas,
es la verdad.
Fina, decente, inteligente,
hermosa... y con unos
extraordinarios dones espirituales.
Una mujer diez.
¿Qué pasa que miras
tan seguido la hora?
Ah, quedaste en encontrarte
con una compañera
para repasar lecciones.
Entiendo. Una gran
responsabilidad que
no debes desatender...
para llegar donde tú ansías.
Me alegro.
Ya te vas. Qué breve visita
ha sido la tuya.
La justifico, por supuesto.
Te agradezco hayas acompañado
a este maduro hombre.
Tienes razón, no soy muy mayor...
pero... quédate, no te vayas...
Un momento más, te lo pido...
tengo... que hacerte una confidencia,
un relato, una historia,
que ha marcado mi vida...
Pero que tengo que contártela.
Unos minutos nada más...
Hace muchos años,
veintiuno para ser más preciso,
conocí circunstancialmente
a una hermosa mujer,
en una fiesta...
creo que festejaban
un cumpleaños,
o un casamiento...
Sí, un casamiento...
Se casaba la hermana
de esta mujer que conocí...
Recuerdo que bailamos casi
toda la noche...
Después, esa misma madrugada,
tuvimos un acercamiento sexual.
Mutuamente nos habíamos atraído
muy apasionadamente...
Después de ello tuve que
viajar al exterior
por cuestiones de trabajo.
Teníamos una fábrica
de artículos de plástico,
y ese viaje apareció de súbito,
de urgencia...
Me quedé en el extranjero,
un tiempo que no tenía premeditado...
Más de un año...
Cuando regresé,
me encuentro con esta dama,
con la cual,
como te conté,
había tenido esa relación.
No quiero hoy extenderme
demasiado en el caso,
porque tú tienes compromiso
con tu compañera.
Pero debo confesarte algo...
cuando vuelvo a encontrarme
con esta dama,
me dijo que fruto de nuestra
relación, había dado
a luz una niña...
Los padres de ella, al enterarse
que iba a ser mamá,
por estúpidos prejuicios
casi la obligan a hacer un aborto.
Ella se negó a hacerlo.
Entonces, la mandaron fuera
de la ciudad.
Tuvo su hija, y sus padres la obligaron
a que la diese en adopción
a un matrimonio.
Al poco tiempo,
tuvo un mal incurable, y falleció...
No alcanzó, o mejor dicho,
no me quiso decir el paradero
de su hija, a la cual la obligaron
darla en adopción...
por vergüenza...
Hace dos años,
por una confesión
que me hizo el hermano
de esta mujer,
me entero quién era
mi hija. La busqué...
y te encontré...
Oh, sí, tú eres mi hija...
No supe del embarazo
de tu madre...
no permitieron se comunicase
conmigo, le atormentaron
la vida... le prohibieron que lo hiciese...
yo nada sabía de tu existencia...
y ella cuando la encontré no quiso decírmelo...
Después falleció, y recién hace dos años
me entero quién es mi hija... tú...
Debo pedirte perdón...
de haberlo sabido,
hace mucho tiempo te hubiese buscado,
pero todos callaron,
hasta tu madre...
Después que ella murió, me casé.
Y por cobardía, mantuve el secreto
de tu existencia.
No sabía dónde estabas.
Mi esposa falleció
un año antes que yo
me enterase quién era
mi hija... no tuvimos hijos...
tú eres mi descendiente...
No llores, y abrázame,
abrázame, hija querida...
Recién hoy me he animado
a decirte este secreto,
esta verdad... que
me hace tan feliz al
aceptarme tú a mí...
Gracias, gracias hija
por aceptarme y quererme,
como yo te quiero...
Todos los derechos reservados del autor(Hugo Emilio Ocanto - 01/03/2013)