Te dejaste del alma
deshaciéndote hambrienta,
con sutiles delirios de heno
tocaron tus campanadas,
los angustiados adioses
voces, gritos, carcajadas,
algunos paraguas cansados
placas de oro sin pasiones.
Te dejaste del alma
no la exprimiste
crepitan las horas que pasan
y se marchitan tus albas.
Te dejaste del alma
vestida te esclavizaron espinas
inexorables historias huérfanas
fantasías vertidas.
Te dejaste del alma
estrepitosos caminos
invisibles diamantes
fatales caprichos
vulgar víscera
sumida en un letargo
reventaron tus pasos.
!QUIERETE!
LALE NEDA ©