Ben-.

OposiciĆ³n-.

A la luna opongo el sol

seco estambre de mi raíz inconclusa

nariz oportuna de los vínculos tribales

donde nada rima y obtengo paraísos fiscales.

A la luna sí opongo el sol y su luz fantasmagórica

en que acuden peces subalternos y ojos que miran

desde la memoria maltrecha; colisionan en mi espalda

angustias y terrenos adiposos. Agónicamente,

la lengua verde recorre continentes, asombrando

con su metálica voz de opereta y circunstancias.

Repto oblongo en calidad de embajador sin tarjeta

me adentro en lo solitario como un insecto disciplinado

y busco el orín que fermenta lejos de los focos y las cámaras.

Tras la común arena la sal se agiganta y penetra

mi vocación de salinero, mi astucia en lo lúdico.

Sí, a la luna opongo el sol-.

 

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