Raiza N. Jiménez E.

Entre ofensas y malos ratos. -

Porque yo no lo sabía, yo nunca me ofendía.

Un buen día puse cuidado y me asombré…

Cómo me iba ofender si es que yo no sabía,

Pero, el día que lo supe, ese día me enojé.

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¡Quién lo diría que, de mí, unos hablarían!

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Una vez escuché a un hombre sabio decir:

El mal no es hablar de la gente, es farfullar

de un otro y luego tener que amistad fingir.

Era de esperar que alguien saliera a contar.

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¡El ruido de una traición se ha escuchado!

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Si escuchas a una dama que a otro mal pone,

eso suele pasar y no creas que es un cuento.

Hay gente que, por envidia, a otros expone.

Es usual que tornen con un: “Cuanto lo siento”.

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¡Los chismes son un veneno que no se recoge!

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Ayer, más que hoy, las calumnias se castigaban.

Era un denuesto culposo porque desprestigiaba.

Supe que hubo gente que a la cárcel mandaban,

 y de un castigo por difamación, nadie escapaba.

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¡De mi abuela a esta parte, a cualquiera se difama,

y lo peor es que, el ofensor, suele cobrar su fama!

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Mateo 12:36
Versículos Conceptos.

\"Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio\".