Con el alma rota
escribo este poema
para darle adios
al amor de mi vida.
Trina se ha ido
emprendió el viaje sin regreso
Dios la llamó a su lado
a donde van las almas buenas
Dejó mi alma hecha pedazos
pero me consuela saber
que allá en el infinito
descansará de sus dolores, de sus penas
Sin duda, disfrutará de paz
y vigilará nuestra vida
dándonos la calma y el sosiego
para poder soportar la amarga pena
No es nada fácil conseguir la calma
pero el tiempo sanador lo hará en mi alma
Dios a quien imploro, se apiadará de mi
y me dará el consuelo para poder seguir
Seguir luchando al lado de mis hijos,
mis nietos, mis bisnietos, mis hermanos
hasta cuando llegue el día de mi partida
a encontrarme con ella allá en el infinito
Seguro estoy que me estará esperando
para juntarnos y no separarnos jamás
nuestras almas tendrán paz
hasta el fin de los tiempos
¡Amén!