Antonio Miguel Reyes

La creación perfecta

La creación perfecta

 

Con el alba se teñía 

de la nada una figura,

que la mejor escultura

en sus rasgos se ceñía.

 

Dieron la luz a sus ojos

dos gotitas de rocío,

los cabellos fueron rojos

mojándolos en el rio.

 

Se tornaron de oro puro,

puedo jurar y lo juro

relucían más que el sol.

 

Apreciaba tal belleza

ante tanto resplandor

que no tuve la entereza

de contemplar con firmeza

esa enorme creación.

 

No existe vocabulario,

ni letra en ningún glosario

que relate la invención

de tan perfecta figura.

 

La aurora parió ese día

la belleza y la ternura.

 

También sé que pretendía

clavar en mi corazón

las saetas de Cupido

y vaya si las clavó.