Y no piensen Uds que me tienen
aún soy liebre gris entre las noches
una idea en tirabuzón dentro del agua.
Cada gesto incinera algún yo
que no era mío, pero, el muerto
sigue abierto al corazón
incandescente al alma.
Estoy al pie de mis ruinas
muy por encima de Uds.
No es preciso saber si voy o si vengo
basta saber que estaré
cuando haga falta.
Aquí todo es azul y negro al dorso
donde no hay luz y nace el sol,
y libertad y cielo
y palomas sin alas.
Busco, no sé, lo que ya no existe
un pastor que clama en el desierto,
un cadáver vivo en la batalla.
Espero quizá lo que ya es costumbre
un trazo de aurora virgen que no muerda
un traidor que me tuerza y no me parta.
Es capricho perderme entre mis cosas
pero necesito hallarme para Uds.
aunque guillotinen mi nombre
a mis espaldas.
Más nunca piensen que me tienen
en torbellino estoy y esta no es mi fibra
que ha de darse al mundo.
Voy en giro...
he dicho.
Engendro de mi mismo, del polvo a Dios
ese es mi conjuro.
Doy mi carne escarlata sin lugar
donde pastar heridas, sin ayes
que animen sus triunfos,
llévenla de escudo sin malgastar su sal
sin conquistar sus nortes y sus banderas
donde clavé ¡ Soy libre !
Soy yo, libertado de Uds.
sin saberme mío.
Soy el corifeo de mi propia muerte
y el graznido de Uds se escuchará por aplausos.
Agradezco que no valgan la noche
de un hombre justo, tómenme ahora que
traigo piel donde albergar sus clavos.
Vengo humano y soy y puedo sangrar
y debo
sin escupir injurias. Anunciándome vivo
para esta vez... más
no me culpen de morir si no respiro
desde mis límites.
Imprevisible es la muerte cuando de errar se vive.
Aventurados los que andar pudieron
sin dejar su planta en la mugre del camino
agraciados los que aún sobreviven
a pesar del lodo, del odio
y de las llagas.