Yo no sé si antes era o si existía.
Me hacías. Me desahacías
al tacto de tus caricias.
Mi desnudez fue un portal.
Las palomas volaban de mi cuerpo
Desde entonces, amanezco en tu lecho
y cada vez que despierto
estoy en el castillo que tú inventas
donde retomas mi escultura
dándole nueva forma a mi figura
y vuelvo a ser barro entre tus manos