Tus labios son dulce fontana,
Como para el sol, la mañana.
Me pueblas de mucha alegría,
Como la paz, mi mejor melodía.
A modo de ternura, cual dulce ave,
amando a su querido hijo, lo sabe.
Que sus vastas alas, son su abrigo,
Como los cálidos abrazos, contigo.
Tan hermosa, inesperada, furiosa.
Punzante, espina de fragante rosa.
Me punzas mis pieles trigueñas,
Como arde, el carbón y la leña.
Pero ese dolor, efímero y pasajero,
Lo siente el alma, se va muy ligero.
Me besas, y siento balsámico, alivio.
Si rozas tu boca, sobre la mía es tibio.
En mi pensamiento, mi Amor será eterno.
Tu lindo castillo, es mi corazón bien tierno.