La ansiedad devoraba su tiempo
La esperanza palpitaba saludable
Su mirada lanzaba el anzuelo al horizonte
El alimento de su alma
Oscurecía la tarde
El corazón estrujado cual papel
Cuestionaba a su mente
Ella llegaba indiferente
Su cuerpo vacío
Su corazón sonaba ocupado
La tecnología penetraba sus oídos
Churros televisivos consumidos ávidamente
Dos viviendo juntos en mundos diferentes
El esperaba ansioso el timbrar
Solo llegaba un cuerpo
Ella había repartido sus pétalos
El, no percibía ni el olor
Se lanzó al mundo
A regalarse la gana
Ella llego indiferente
El silencio era estruendoso
Se asomó a sus recuerdos
Y lo encontró solo ahí
Porque el…..
Ya no estaba
Ernesto Vázquez granillo