Pasa la vida.
Vivimos el presente
y nada más.
Porque el pasado
son brumas que se pierden
en la distancia.
Y hasta el futuro
son nieblas pasajeras
llenas de sueños.
Somos quimeras,
guirnaldas especiales
con corazón.
Y sus latidos,
precisos y concisos,
marcan el tiempo.
Es el presente,
te dicen y recuerdan,
día tras día.
Así es la vida,
luchar entre dos frentes,
y sonreír.
Vívela siempre,
no veas en la misma,
al enemigo.
Deja el pasado,
conserva lo preciso,
ante el futuro.
Y, por supuesto,
embriágate del hoy
y del presente.
Rafael Sánchez Ortega ©
08/05/21