Y se marchó entonces por última vez
todavía recuerdo la mustia esquina
era una mañana del octavo mes
en que de rosa cambiaste a ¡burda espina!
Desde entonces soy el hombre que camina
lúgubre y percibiendo el mundo al revés
soy aquella alma a quien el destino arruina
cargando mil tristezas sobre sus pies.