Hay Isabel, como me hiciste
padecer en esa noche de espera,
hasta tu plato favorito con amor
te preparaba, y como siempre
nunca llegabas. Que mala fuiste,
porque yo te amaba con pasión;
hoy que quieres reintegrarte a mi
humilde corazón, ya es tarde, no tengo amor para vos
porque, ya no eres la mujer
que yo quería, hasta tus encantos
los perdiste, en esas noches
de bohemia, que tuviste con
amantes y amigos. Que pena
contigo ya no te nesecito, ni
para amarte un ratito.