La noche cayó sobre mi cama donde mi pensamiento estaba en ti,
Sumergido en el último momento que te vi, cuando te dije: “te extraño”
Una sonrisa se dibujo en tus labios antes de decir: “y yo a ti”.
Entonces fue cuando comenzaron las escenas de la inconciencia,
Ñoñez me invade, incapacidad de describir imagen y sentimiento,
Obligado me veo a prescindir las XXX de mis deseos satisfechos,
Quimeras fueron, más, en lo fugaz del momento la gloria bajó del cielo.
Un sin fin de emociones se agolparon en mi pecho cuando frente a mí
En aquel virgen lecho, con los brazos abiertos me mostraste el continente entero.
Tiemblo de recordarlo, se me eriza sin remedio no solamente el pelo.
Un deseo reprimido por tantísimo tiempo se desbocó sobre ti,
Validé mis anhelos, acaricié tu cuerpo entero, no se escaparon tus dedos,
En cordillera incendiada me posé por cien momentos, voy y vuelvo.
Caminé la vía sudorosa cual cachorro que busca la primera lactosa,
Onda de choque con reacciones espasmódicas de ti, de mí, unísonas.
Nada quedó por descubrir, lo diste todo, lo recibí, lo agradecí.
Tengo aquí el sabor dulce del néctar de tus labios, en mis labios y en mi piel.
Ignoraba que fueras tan reina en el arte de amar, de seducir.
Grato sabor me dejaste, lo he grabado a cincel, que nada borre tus huellas,
Olvidar jamás podré con cuanta ternura me amaste por primera vez.
Fue, es y será el sueño que mantenga mi corazón ardiendo por ti.
Una vitamina de efectos eternos que mantendrán la lucha no sutil,
El vigor permitirá la enconada batalla por conquistar tu corazón.
La noche ha llegado y tengo la dulce sensación que volveré a soñar,
Intensamente volveré a tomar lo que en tu voluntad me quieras dar,
Nadaré sobre tu piel y mi barca aparcará en la cueva donde brota el manantial,
Decidida tomarás el timón para entronizar tu humanidad y viajar,
Ola, Nube, Bóveda celeste, Montes, Brisa y Mar serán nuestro paisaje
(VOZ DE TRUENO)