Antonio Miguel Reyes

Como bolas

Como bolas

 

El mitin, como tal lo conocemos

repleto es, de palabra mal sonante

llegando a los oídos del votante

eufórico y contento lo sabemos.

 

Por cuestiones de gusto no debemos

prejuzgar al acérrimo, ese amante

que herbola la bandera en cada instante

y comiendo migajas le tenemos.

 

Es pulga de ese flaco can del cuento

o mosca del pastel tan delicioso

seguro que se siente motivado

 

por esa cifra dada en su recuento.

Más, uno que no es nada codicioso

se aparta de esa lista de invitado.