En casa está la niña,
desnuda en cama, dulce... ¡dulce hada!
Su boca sabe a piña;
su aliento es la balada
del bardo, del juglar... de mi velada.
Eterno labio fresa,
eterna la canción, eterna dama.
Y yo... por mi duquesa
velo triste su llama
que no apaguése nunca en esta cama.
Durmiente bella, dime...
¿querrás algún instante despertar?
Mientras mi verso rime
no deje yo de andar
me sentaré a tu vera... ¡y a esperar!
Iraultza Askerria
http://iraultzaaskerria.wordpress.com/