Después del beso,
se rompió todo.
Se borraron las horas,
se quemó el calendario
y se esfumó el tiempo.
Y fue un solo beso,
que hizo caer el cielo,
desbordar los mares,
y temblar la tierra.
Y por eso supimos
que no podríamos nunca
desnudarnos y hacer el amor.