Encontré tu amor huraño en la mañana…
y fue extraño,
lo sentí despertar junto a mi…
estirando su pasión sobre mi cama.
Soñoliento apareció apacible junto al alba,
aletargado casi inmóvil …escapando de la aurora,
desmayado reposado sobre el lecho…
revolcando sobre el catre su fantasma.
Su silueta perfumada…decaída…
como inerme espejismo que conmueve,
indefensa visión que me estimula…
y parece que disfruta… con esa gracia que provoca.
Encontré tu figura envuelta en lino,
derritiendo su arrebato picaresco,
derrochando simpatía en su bostezo.
Perezosa va enredando su dulzura…
hasta el extremo…hasta el punto de enviciarme,
provocando un desliz de mi cordura…
en un suspiro improvisado…incontenible,
en un suspiro inocente…y trémulo.
Encontré sin pensar…en mi aposento…
tu perfil abandonado…respirándome,
tus caricias impetuosas viviéndome,
con tu fragancia elocuente… como presente…
esparciendo su recuerdo por la alcoba…
aquí en la morada…en nuestro hogar.
Te encontré en la alborada…
tan perfecta como vigente…
tan existente…a pesar de tu distancia…
y a pesar de mi silencio y del tiempo,
a pesar del dolor que causó tu inesperado alejamiento.
Encontré aquí en mi cama…junto a mí…a la esperanza,
y no fue un sueño…fue real,
a lo mejor es que tú aparecerás,
a lo mejor de pronto…tu vendrás…
y volverás…
después de escapar de tanto esperar…
después de tanto intentarnos olvidar.