Sofía, una canadiense en las américas del norte, vá en busca de un trabajo y de un amor. Sofía, quedó sola y abandonada cuando su familia muere por un fuego devorador y alucinante en medio de un bosque donde ellos residían. Cuando en el embrague de toda la vida, la familia de Sofía, cocinaban en un fogón listo, como una barbacoa o chimenea, tradición de los canadienses en medio del bosque. Cuando en el trance de lo verdadero se vió aterrada, fría e inerte, cuando a la verdad de la verdad, se vió en contraproducente la forma de lidiar con perder a toda su familia. Si Sofía calló lo que calla una sola verdad que su familia era todo para ella, para su amor y para su forma de sobrevivir en la vida. La vida de Sofía es una llena de amor, de pasiones y de buenas acciones, pero, un día le faltó su familia, pues, se quemó en el incendio del bosque, sí, allí, pues, en el momento se debió de electrizar la forma de naufragar en el intento de salvar a su familia de ese incendio forestal yá que no fue forestal sino por un fogón clandestino y tan sosegado, cuando en el alma se debió de creer en la más crueldad de ver el cielo lleno de nubes negras cuando ocurrió el incendio. Si en el alma de Sofía se llenó de almas buenas cuando falleció su familia, pues, en la eternidad se enfrió el deseo de dar en el desierto una manera fría de entregar el funesto instante de saber que su vida caía por el abismo frío. Si a la verdad se intensificó un sólo fuego clandestino y tan muerto como el haber hechizado la forma de creer en el alma sosegada, de tiempo y por un fuego devorador inerte y tan trascendental como lo es la piromanía. Cuando el alma de Sofía se encendió de fuego y de luz transparente, cuando en su alma dió lo que más entregó el combate de naufragar en el tiempo. Si en el tiempo y en el ocaso se entregó a la vida misma a creer que su familia se había marchado para entregarle más vida y sí, que así fue. Si la vida de Sofía armó como un terrible y dolor de cabezas como un sólo rompecabezas a lo que dió más el evento de salir hacia su forma de atraer la conmiseración única y atraída de creer más en la vida como un laberinto, el cual, no halla la salida ni encuentra el camino correcto. Sofía sólo logró el deseo de muchas muchachas de tener un amor y un sólo trabajo, el cual, le da lo más habitual de todo dinero. Cuando en el alma, sólo en el alma sólo se dedicó en ser como el aire dando vientos alisios hacia una nueva aventura, la cual, se formó en contra de su propia voluntad porque en el mañana cambiaba todo. Cuando en el alma, sólo en el alma se debió de creer en la misma mala suerte de dar con lo mismo y con lo mismo, creyendo que el delirio y el desafío se enfrió como el agua haciendo una sola magia el hielo. Cuando en el alma, sólo en el alma se sintió como el mismo imperio soslayando en el tiempo, y más que eso en el mismo crepúsculo desatando a un sólo sol en el nuevo amanecer. Cuando en el albergue de la vida misma se intensificó más la cobarde acción de creer en el alma solamente como poder nacer y saber que el deseo se siente como la órbita atrapando sólo el cuerpo hacia la misma intensidad de creer que sólo el deseo es como lo ambiguo. Si Sofía sólo se siente como el mismo paraje en poder más vivir sin mala consecuencia, sólo el deseo de ser como el mismo deseo se entregó en cuerpo y alma, vida y corazón hacia el aprendizaje de la flauta. Y aprendió a tocar la flauta, y a amar lo que era un instrumento de viento. Cuando por fin, se siente como renacer en el tiempo y más que eso saber que la flauta era un instrumento musical de viento, el cual, consiste en tocar las notas musicales como lo son Do, Re, Mi, Fa Sol, La, Si. Y ella lo aprende todo, a tocar la flauta, pues, su forma de tocar la flauta se cree que era de los tiempos más remotos de toda una historia. Cuando fue como una sola libertad el tocar la flauta con el viento sostenido por un tubo tocando los orificios de la flauta. Y trata de sobrevivir lo que era un sólo tiempo, un sólo desafío, un sólo riesgo, el de laborar como flautista en la plaza, cerca de donde reside. Sofía, sólo quería dos cosas en la vida: trabajar y hallar el amor, pero, no cualquier amor sino el verdadero amor. Y, ¿lo consigue?, pues, ella sólo persigue el sueño de ser la mujer más admirada y que de ella están todos muy orgullosos de sus logros a corto plazo.
Esa flauta tiene su historia, su forma y su color. Pues, es precisamente de la historia, es de la familia más remota de Sofía. La que en el mismo momento la heredó cuando muere su familia en ese fuego devorador y tan voraz que la dejó huérfana de luz y más de una buena familia. Cuando en el trance de la verdad, heredó la más riqueza y más remota y más arcaica de la vida misma. Cuando Sofía creyó en atraer lo más fuerte de la vida misma aprender y aprender la enseñanza del instrumento de la flauta para obtener dinero con su labor. Esa flauta era de su abuelo Min, cuando era pequeño la tocó como un niño prodigio con esa flauta casi mágica, trascendental, y más que eso tan arcaica como los mismos tiempos. Cuando en el embate de la vida misma, se dió lo que más quiso en ser, un flautista, el cual, tocaba la flauta con una suspicacia innata y tan connatural, como lo era la vida misma para él. Pero, llegó un tiempo en que la senectud le dijo adiós a esa flauta cuando esa flauta volvió a su empaque dejando tiempo, aprendizaje y más que eso musicalidad y melodiosamente una melodía cadenciosa y muy suspicaz. Cuando su abuelo Min, quiso crear una nueva melodía con Do, Re, Mi, Fa, Sol, La Si, las notas más arcaicas y trascendentales de la música. Y sí que la creó, la dejó anotada en un pergamino dentro de la caja donde guarda a la flauta para que su nieta Sofía la heredera y así fue. Y del aquel incendio solamente ella Sofía, la salvó, cuando ocurre el incendio con su familia en el interior de la casa candiense, si ella se armó de valor la tomó del al lado de la chimenea y salió corriendo. Fue lo único que logró salvar, pues, su forma de ver la vida y de creer en ella, sólo logró salvar en su momento. Cuando en el trance de la verdad creó en la vida, en esa penuria herencia y, en la cual, debió de creer en el desenlace cruel de un sólo tiempo, en la cual, se aferró al deseo y más que a eso en la vida para poder sobrevivir sin su familia dejando huérfana a la vida y más a su parecer sin la luz en el camino honesto y tan correcto que es la meta de la vida para poder sobrevivir en ella. Esa flauta era tan arcaica como la vida misma, cuando en el trance de la verdad y de la honestidad se aferró al creer en la historia de esa flauta tan clásica. Si para Sofía era como renacer en el mismo sol o en el mismo camino frío y tan desolado como el mismo imperio de sus propios ojos, cuando en el sol se debió de enfriar como el mismo torrente de creer en la alborada fría, y dentro del interior saber que esa flauta histórica debió de creer en la órbita lunar en el secreto de dar en el cielo con una tormenta. Cuando en el sol se identificó como el mismo desafío dentro del ocaso frío cuando y sí, era la luz en el fuego y en la tempestad. Cuando su abuelo Min, le entregó vida y corazón, tiempo y desafíos dentro del ocaso frío, dejando inerte el calor en la luz en el fuego y en la tempestad. Y el fuego era la luz del sol, esa brillante luz que ciega a los ojos, cuando lo miras directamente y esa triste tempestad cuando el frío condensa hasta el alma como la nieve al suelo. Y sí, se fue como en la alborada una buena situación como la frialdad en la fría tempestad. Cuando en el inicio del sol sólo se esparció como la luz en plena oscuridad, cuando en el tiempo, sólo en el ocaso frío, se sintió como principio, como un albergue de la única verdad. Cuando en el sol, se electrizó la forma adyacente de creer en la historia de esa flauta por su forma, su color y más su historia. Cuando su forma era de madera y su color de color marrón y su única historia la del abuelo Min. Cuando ocurre el único desastre de creer en el incendio como una actitud pirómana. Cuando su forma y atracción por esa flauta era demasiado y ¿la aprende Sofía?, pues, sí, si en el artefacto de un todo, debió de ser así, cuando en el momento se abre como persistencia autónoma, de creer en el aprendizaje de esa flauta para laborar con ella en la plaza del pueblo. Cuando en el principio de un todo se aferró al ver el sistema solar como la luz más profunda de un todo. Y se fue Sofía por el rumbo, hacia la verdad única existencia cuando sólo quiso ser como esa flauta.
Pues, Sofía llega por encomiendas a la plaza del pueblo, después de pasar un lustro de tiempo, cuando en la alborada de un viernes, quiso ser como el sol muy trabajador, trabajando de sol a sol. Y llegó a la plaza del pueblo, cuando precisamente quiso entregar lo que más quiso en el alma, poder laborar como una gran artista flautista. Cuando en el alma, sólo en el alma, se entregó su luz, como una total verdad en la que se dió como él la luz universal cuando brilló más de la cuenta cuando llegó a esa plaza del pueblo. Y sí, era ella Sofía, la que en el alma se entregó en cuerpo y alma, con vida y con corazón a laborar con total razón y con total ahínco de superarse como cualquier artista que tiene cualquier meta o logro por superar o alcanzar. Cuando por dentro, o sea, en su interior se entregó en cuerpo y alma a laborar allí, sí allí, en la plaza del pueblo, la cual, le brindó protección, seguridad y más que eso cumplir sus más grandes metas, la cual, era poder ganar dinero y ser alguien. Sofía se entera de esa plaza tenía su historia, la historia de pueblo, y tan arcaica como la misma trascendencia, cuando en su momento se cree que el instante se debía a que la plaza del pueblo lleva más un 5to centenario de vida, de tradición y de costumbres innatas y tan tradicional como la historia en su propia gente y con su gentilicio se abastece de nuevas sapiencias y de innato raciocinio, sí, para Sofía. Porque cuando acabó la labor de ese día, en la plaza del pueblo, como una principiante flautista, sólo logró lo que nunca obtuvo un ingreso, cuando era su primer día de labor. Cuando por la mañana, sólo quería ver la diferencia entre lo que había ganado en el día de hoy con el de mañana. Sólo ella piensa en obtener más ganancias para poder realizar su vida y más que eso, realizar que su corazón llegara a enamorarse de un buen caballero. Cuando su vida y su actitud, se aferró al sentir y saber más de la historia de esa plaza del pueblo, cuando por las noches se acerca a una estantería de libros en la casa donde ahora, después del incendio se hospeda Sofía. Era una clase de iglesia, donde ella aguarda hasta por tener su propia casa. Y Sofía toma el libro que se titula “La Historia de los Pueblos”, y en ese libro se halla la majestuosidad más coherente de aprender con ese libro a que el deseo de enseñanza se debía a que ella quería sólo aprender de cultura general y sí, que lo logra, si además de aprender por las noches nuevas melodías con su flauta, ella aprende la cultura de la plaza de su pueblo nativo. Cuando aprendió desde su 5to centenario de existencia que su forma como una pirámide se debía a que los egipcios le dan parte de su cultura para que sea como ellos, por ser colonizados nada más y nada menos que por los egipcios. Dejando un sólo tiempo en que el transcurso de la existencia se ha modificado en saber que su momento era tan cierto como la misma palabra. Si Sofía, llegó sí, por encomiendas y tan frías como el haber sido por dentro como un cometa de luz, trascendental como la misma vida que pasaba lo peor, querer sobrevivir en todo. Cuando en el instinto se dió lo que más lleva una vida, poder trabajar y así ser como alguien con metas en la vida y poder subsistir en este mundo tan cruel, a veces. Cuando en el momento se identificó como el momento frío y tan lleno de riquezas innatas, que en el silencio crudo de la realidad Sofía se embargó de penas y de fuerzas hacia la misma existencia en querer ser alguien como que en el delirio autónomo de la verdad se enfrió el sistema de Sofía en ser como un triste arlequín o una triste marioneta. Cuando en el trance de la verdad se automatizó la espera de esperar por un gran triunfo. Y era el de obtener un trabajo y un sólo amor para poder Sofía ser feliz. Y se entregó en cuerpo y alma y en vida y en corazón, al trabajo como la artista más escuchada de la historia de esa plaza del pueblo en que se vaticinó el amor y más el trabajo mutuo en ser una gran y de las más grandes flautistas. Sofía era como el gran desafío y como la meta a seguir después de la vida y más que eso después de la transparencia de poder vivir en la vida como una persona civil, trascendental e inocua. Siendo Sofía, como el mismo universo frío, y como el mismo instante en que se debió de creer en la meta a seguir de Sofía como algo tan difícil de creer y por más de conseguir a ciencia cierta.
Pues, Sofía era tan viva y tan natural que ella comienza a trabajar en la plaza del pueblo, por la vida misma, por la superación de forjar un camino y una meta a seguir buscando como alternativas la vida misma, y más que eso la superación misma como poder atraer el instinto hacia el mismo comienzo de la vida misma, queriendo abrir un camino y una meta alcanzar. Y así, era ella decidida, conmisera, y fugaz como la estrella, que iba y venía desde lo más alto del bosque de donde se encendió su hogar con su familia dentro que no sobrevivió al imperfecto momento de la muerte a expensas de la fría verdad. Y Sofía llega a la plaza del pueblo, pues, su forma de querer alcanzar el mundo le dió una vida de pobreza y de penurias y de escasez de comida y de unos alimentos tan pocos, que ella, sólo ella, Sofía quería laborar muy fuerte y muy duro como poder comerse el mundo en un sólo instante. Y quiso ser como el desierto bebiendo agua de sus profundidades, y queriendo abrir una duna para beber de sus aguas y así poder sobrevivir. Cuando Sofía sólo quiso ser como el mismo dolor o como la misma pena en saber que su mundo quiso ser en la silueta más poderosa del mundo el dios dinero. Y sí, que lo tenía a sus manos y a su destino y en su frío camino, pues, ella llega a la plaza del pueblo y toma un lugar muy seguro y muy concurrido, pues, ser artista eso lo amerita a la verdad en tener un público para que la idolatre. Cuando a la verdad Sofía, era como la bendita suerte, o como la maldita esperanza de creer en la mala suerte que trae a veces la vida cuando no esperas lo correcto y sí, lo contrario de ser y de una meta sin perseguir con los sueños autónomos de proseguir una espera y un descendente y frío camino, como el de las pesadillas frías y tan álgidas como el mismo imperfecto instante en que ese instante se dió como el incendio más imperfecto de un sólo todo. Cuando Sofía logró derribar la pesadilla en querer amarrar el candor de un todo, porque cuando Sofía llega a la plaza del pueblo, sólo se dedicó en cuerpo y alma, a trabajar como nunca, cuando su esencia se vió tan marcada por la pobreza y por la escasez de alimentos, cuando su mundo se volvió como un arsenal de conflictos y tan difíciles en poder vivir. Cuando su mundo creció como toda leona, pero, quedó como una cría ensordecida y temerosa en proseguir un camino o un rumbo autónomo de creer en la meta que quería obtener, pues, en el momento quiso ser como toda leona quedando sólo como una cría. Cuando en el desierto autónomo de dar con tal situación como el instante en que debió de creer en el desierto automatizado por la espera y tan inesperada fue el dolor en ser nada más y nada menos que una flautista. Y a Sofía le agrada y más que eso le gusta como todo y por demás en ser independiente y automatizada en la espera de esperar por el tiempo y más por el deseo en ser como el mismo imperio. Y sí, llegó a la plaza del pueblo, cuando en su afán de trabajar sólo le dió el comercio extranjero dinero y más que eso un ingreso, por el cual, poder vivir. Cuando Sofía se siente independiente, automatizada, y con un frío en el cual le dió calor, como un todo o como un saber dentro del saber que en su destino y en su camino se debió de creer al saber que su instinto es como el deber de un todo, poder trabajar y echar hacia adelante como todo padre de familia. Y sí, que hizo un lugar predestinado, fabuloso, y por demás, alegre con su melodiosa música en que se gana en ser una flautista y como una gran artista, en la cual, se debió de creer en el comienzo de dar con la alegre alegría en entonar una melodiosa fantasía o una gran realidad con su gran instrumento la flauta. Cuando en el embate de creer en el alma se dió como el paisaje de dar con el mismo instante en que se cree que en el instinto, se cuece como tormenta en el mismo centro del camino. Y sí, que lo logró obtener un puesto en esa plaza del pueblo y ser una gran flautista teniendo en cuenta a un sin número de clientes que escuchan a su armoniosa música y tan trascendental, en la cual, se siente como una sola verdad.
Continuará………………………………….....................................................................................................................................