Tocarte es dar al universo
una espalda, unos brazos,
una imagen, apacible, serena.
Es paliar los excesos de la angustia,
y convocar los apetitos aplazados del día.
Es vertebrar la nada en una caja de zapatos,
que la usura puso de mañana en tu armario
de flores; es sumarse a la fila de los insurrectos,
que abandonan trabajo, sueldo y matemáticas,
antes de empezar el alba. Es buscar
un abrazo antes de tiempo, escuchar el trueno
con vistas a un paisaje otoñal, y deslizarse
en la tiniebla que te enfoca, que te hace grande.
Tocarte no es cosa segura-.
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