Si tu vista mi vista observara
miraría la luz que refleja
de ilusión melancólica queja
que tu abulia de mi alma arrancara.
Si tu oído mi voz escuchara
y rompiera el silencio su reja,
quedarías de asombro perpleja
por la lluvia de amor que manara.
¡Si de pronto tu piel y mis manos
en delirio supremo se unieran;
sonarían violines lejanos
y sus notas divinas se oyeran;
ensalzando tus dones profanos
que vibrantes sus mieles me dieran!
Autor: Aníbal Rodríguez.