Ahí estaba, perdida, sola, desamparada. Su piel tan blanca. Como luna brillaba.
Sus ojos verdes de selva profunda. Su boca la majestad de las bocas.
La ilusión, la belleza, darle protección, amarla, cuidarla.
Sus ojos verdes de selva profunda, su boca la majestad de las bocas.
Era la ilusión, cuando quise reaccionar al beso. Era tarde, ya me había picado.
Tarde para la hinchazón del alma, el veneno por la sangre. Y luego el destierro.....