Por un pelo
En el rincón de un lugar
sobre una piedra sentado
se encontraba Sebastián
un hombre muy afanado.
Al fijar él su mirada
a la palma de la mano
acariciando su testa
un pelo se había pegado.
¡Vaya!
Por un pelo, no desvelo
porque tengo mil y pico,
pero… si yo fuese rico
y mi dinero ese pelo
¿habría puesto el mismo celo?
Agarrando aquel hilito
con la goma de pegar
sin cometer un delito
dirigió su brazo airoso
ala testuz orgulloso
con intención de llegar
en seguir con su pelito.
¡Es que macho!
La expresión, de por un pelo
ha sido causa y desvelo
de un millón de desagravios,
dicho ha sido por los sabios.
!Por un pelo!
no te quedes sin llegar
que si no llegas y pasas
serás motivo de guasas
cubrirás con negro velo
enterito el mismo cielo.
Moraleja:
Ya lo sabes, ¿por un pelo?
calvo te puedes quedar.
Terminar lo que se empieza
Es virtud y no pereza.