Miro la altura
que va hasta el campanario
y tomo nota.
Miro la rosa
que tiembla, cuando paso,
por los jardines.
Miro a lo lejos
y creo que te veo,
pero lo dudo.
Lanzo un suspiro
y pienso en lo que he visto
en un instante.
La torre altiva,
la rosa inmaculada
y tu figura.
Soy esa flor,
me digo en un aparte,
veo espejismos.
Al campanario,
subíamos de niños
para jugar.
Pienso en las rosas
cortadas con mis dedos
en tantas tardes.
Y por las vías
y en tren tú te marchaste
para otras tierras.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/05/21