Nuestro Ser no te quiere de rodillas,
con rituales que no tienen sentido,
lugares donde estás siempre escondido
y, con falsas poses, diario te humillas;
no te quiere plagado de rencillas
tampoco quiere verte degradado,
menos aún, el verte despreciado,
sembrando, de temor, negras semillas;
quiere verte reunido siempre en paz,
astuto conduciendo los rebaños,
dando ayuda sin esperar jamás
más que expresar a través de los años
que en el amor la meta encontrarás:
la libertad de los fatuos engaños...