Omaris Redman

NUESTRA VERDAD!

Nos envuelve un torbellino de fuertes emociones, frustración e impotencia, al gritar Nuestra Verdad, aquella que nadie escucha ni acepta, aduciendo que no es cierta y causando un dolor desgarrador en nuestro interior… Y la seguimos gritando una y otra vez, pero no logramos penetrar la sensatez de quienes nos humillan y menosprecian para defender su posición y aniquilar la nuestra.

No es justo, si lo único que queremos es conectar y crear un vínculo afectivo real y permanente con esa personita especial, que forma parte de nuestra familia, y por quien orgullosamente corre
sangre de nuestra sangre.

Y él, nuestro nieto querido, se muestra con una mirada amorosa pero confundida, sin entender que, a su corta edad, es el motivo principal de lágrimas, sufrimiento y discordia entre un grupo de personas, que deseamos compartir su afecto,
sus aventuras, su desarrollo, su vida entera.

Dios, ayúdanos por favor a resolver con humildad este calvario emocional que nadie se imaginó que pudiese existir, solo por pretender habitar el corazón de nuestro pequeño príncipe amado.

Esta es, Nuestra Verdad!