Arriba de la escalera,
en el medio de la casa,
estaba la pieza vieja
donde la vida empezaba,
donde el dormir no buscaba,
donde podía reír
casi siempre en la mañana
mientras la nieve caía
sobre el techo y la terraza.
Arriba me iba subiendo
cada escalón de esperanza
para dormir a tu lado
cuando la noche venía
soñando canciones lindas
para abrazarte despacio,
compartiendo las quimeras
de soledad y descanso
mientras la nieve caía
sobre el techo de la casa.