Lluvia.Silencio.
Solo el ruido de
las gotas que caen
sobre el techo.Silencio.
Profundo. Tú...
ausente.
Parece que ya no me
tienes en tu corazón.
Estás reacia a mí.
Nada te he hecho.
Solo te he brindado
mi silencio.
Y tú me lo devuelves
con tu ausencia.
Y yo me resigno.
Acepto todo
lo que haces.
Porque aunque nunca
te lo he dicho,
también yo te quiero.
Pero a veces las distancias
nos separan.
Tú tienes tus ocupaciones
y yo las mías.
Tú tienes a tu familia.
Mi familia es la soledad.
Mi familia se llama
así: soledad.
La que tú no puedes compartir.
Porque tienes tus hijos
y tus nietos.
Y yo, la tengo a ella.
Ella: mi soledad.
La que me atrapa.
La indeseable.
Te llamo, te pido
te reclamo, te exijo.
Nada puedes hacer.
Yo más tampoco.
Vivir así, no es
morir de amor.
Vivir así, es tener
que aceptarlo.
Pensar distinto,
para poder seguir
viviendo.
No te conviertas
en mi enemiga.
No podría soportarlo.
Tú, con tu vida...
y yo, con mi soledad.
Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 01/10/2012)
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