Haz Ámbar

Escribo para llorar...

Escribo para llorar 

mis penas todas.

Mi alma sola

se va dibujando

entre palabras

que van y vienen

como las olas

de un eterno mar.

Aquí vivo insomne

caminando entre farolas

mientras una voz

repite mi nombre,

me llama a contemplar

las maravillas del universo,

a desenterrarlas

de su oscuro fondo...

 

Abro una puerta 

al bosque 

de mis entrañas.

 

Mis sueños

voy mezclando

con esta realidad,

con este asco

de escupitajo

que en el suelo ya

se ha secado

y no me resuelvo a pisar.

Es otra noche,

otra noche más

aquí esperando

algo que no llega.

Un vacío

se me traga

a mí entero...

En la oscuridad

tan solo

me muevo:

tengo besos para dar

guardados en reserva.

 

Estoy roto por dentro.

Es un milagro

que todavía respire.

Mañana renazco.

Ay, la vida...

Seguir caminos.

 

Pensar en ti

demasiado todavía

como para ser feliz

respirando al fin de alivio.

Para qué sufrir

deseando lo imposible

si no hay contigo

despertarse a un nuevo día.

Perseguir el infinito

de tus caricias

se me antoja ya un suicidio.

Soy libre

de morirme aquí

en el sitio.

Mi corazón pelea

por expandirse,

lo quiere todo

ahora

y no admite

otra repuesta.

Es una bomba

que algún día

estallará...

 

En la noche

de mi alma

busco una verdad.

Quiero despertar

a un mundo nuevo

hecho a mi manera

cada mañana

que me toca en esta celda.

 

Todo el dolor

aquí se esfuma

de un pestañeo.

Lo digo yo

que soy quien manda

sobre mi cuaderno.

Si no me olvido

ya por las nubes

lejos de este encierro.

A mis espaldas

todos los problemas

de este mundo...

Yo que no sé más

que hacer esto,

aquello y lo otro.