Allá en tierras mojadas,
Países Bajos se llaman,
una flor hermosa flama,
en la primavera dorada.
Los campos están tapizados,
de rojo, rosa y amarillo,
como el arcoíris con su brillo,
en los cielos iluminados.
Con elegancia distinguida,
sus pétalos blancos seducen,
perfección y pureza lucen,
símbolo de la paz unida.
Un turbante les dio nombre,
testigo de muchos amores,
reina de todas las flores,
estandarte de muchos hombres.
José Antonio Artés