Me devano en un turbio laberinto
que se ensaña con toda su bravura
que me aqueja con toda su locura
y de muchos colores variopinto.
Con amores mis letras ya no pinto,
se extravió la virtud y la ternura;
y el dolor que me arropa, con premura,
va dejando mi paso muy extinto.
Ha caído al vacío el sentimiento
porque el tiempo se vive muy confuso
cuando el viento se vuelve más profuso
golpeando muy fuerte el pensamiento
simulando el momento virulento
que acompaña un lamento tan difuso.
¡Qué pensamiento obtuso!
Acompaña al que sigue gobernando,
pero muchos estamos protestando.