Mi poesía más allá de los misterios,
del pensamiento que susurra en el ocaso
se me figura una mujer tan bella,
con su cabello rubio e iluminado.
Conmigo no es la mujer sino el ángel
que viene a tocar a mi humilde puerta,
ella busca dar luz a mi corazón enamorado
como la brisa en busca de la arboleda.
Mi poesía que nunca dan descanso
ni para dejar de mirar sus ojos bellos,
pues son luceros de un querer muy manso
que juegan estrellarse entre ellos.
Y ansioso espero que llegue la mañana
para pronto ver mi colorido cielo,
y con él, recibirla en mi mañana alegre
para decirle con mi saludo que la quiero.