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Veinte dedos no pueden ocuparse de un día.
Dos piernas y dos brazos no son suficientes
y también el torso y los iris
el sentido del olfato y el cerebro, es decir, una persona completa
no está a la altura de lo que le exige el día.
El mundo es a la vez la pendiente y el everest.
El sueño ha muerto, pero la realización está esperando.