DISPUESTO PARA T . D . Q.
Abrazado al silencio del descanso
dormí el canto mudo de la noche solitaria,
soñé espigas que en invierno son esperanza
hasta que los trinos trajeron mi mañana.
Trabajó mi mano el surco de mi tiempo,
tirando el grano que susurra tu nombre,
tu nombre es silvestre miel en mis labios,
el vino dulce que duerme en mis parras.
Observo el brote que despierta en invierno
insinuandose en el silente retoño de la rama,
para ser fruto triunfante en primavera,
y en tus manos el canto de mi alma.
Ya el sol ilumina integro el nuevo día,
con pasos de luz entre cerezos dormidos,
despiertan almendros y narcisos floridos,
las tencas y tordos traen suave melodía.
Mariano Retamal Jara.
Poeta al atardecer.
octubre de 2021.