La brisa desliza el canto,
entre las rendijas de la puerta,
espera que llegue,
un hálito de tu espíritu
puso la libertad
en tus manos nacientes.
Caminas descalzo,
extranjero del amor,
la libertad una ficción,
tu alma sin cerco,
busca aventura.
Después del primer llanto,
no tienes un maestro.
Seguirás las estrellas,
en noche de silencio.
Con los pies en la tierra,
Te amarras a una pasión,
Te amarras a una posibilidad
que despertará tu piel.
Las ideas giran y enlazan
como un racimo de uvas
muerdes y bebes su jugo,
embriagado,
aprendes a vivir en soledad,
aprendes a morir en soledad.
Los días siguientes,
te enseñaran que la libertad
es la esencia del alma.
Los días siguientes,
aprenderás alcanzar las estrellas
aunque sea con la mirada,
pero alumbran,
la oscuridad de tus huellas,
ahora, los días son tus días…
ahora, las noches
no apagan tu cuerpo.
Aprendiste que no eres extranjero:
En la tierra,
en el amor.