La llovizna que llega en el instante
a mi boca salada, me enmudece.
El verdinegro acorde deslumbrante
trae consigo vida y reverdece.
Todo el campo se agita tan brillante...
¡Oh un cuadro de Manet que se encandece!
Es la tierra mojada semejante
a impresiones fugaces, me parece.
La vida estalla en cántico y las penas
se alejan y se van por el camino,
y arrastran y se llevan sus cadenas.
El aire huele a puerto en mi destino.
No hay más dicha que estar como sirenas
para que nos alcance un beso fino.-
Amalia Lateano