Hay una etapa en el duelo en la que no puedo asimilar todavía que ya no existe ese cuerpo en vida, que ese cuerpo solo es un recuerdo. En esa parte es donde el insomnio me pega profundo, ya que, al soñar, ese cuerpo que ya no está parece tan real, que me duele punzante el despertar y acordarme de la realidad.
Quizá vivo duelando.
Vivo duelando cuerpos de humanos y animales que no respiran, pero también tengo un duelo por aquellas expectativas no cumplidas.
No puedo superar, mi gran problema se destaca aca.
Por esto mi agobio y mi tristeza.
Duelo por aquel abrazo que no recibí.
Me acepto como mi única compañía, pero ¿me merezco tanta soledad después de tanto dolor?