Ayer contaba las flores,
contaba lirios y rosas,
mil azucenas dormidas
y el vuelo de las mariposas.
Hoy sólo cuento mis pasos,
que retumban entre las hojas,
de un otoño que madura
apagando las amapolas.
Ya llegará el invierno,
con sus frías auroras,
a despertarme del sueño,
lejos de tus labios y boca.
Ayer contaba los días
y hoy cuento las horas,
en que volveré a tenerte
desnudo entre mis olas.