Yo soy el mismo Jesús
aquel que nació en Belén,
al que llamáis con palabras
y os olvidáis de la fe.
Me tenéis entre vosotros
y no me queréis ver,
pues tenéis ciegos los ojos
y el espíritu también.
Me llamáis desesperados
y no me podéis oír,
pues yo hablo con el corazón
que obras hace por mí.
Yo habito donde hay amor
doy al que por mí se da,
y mis respuestas son claras
como la misma verdad.
Son esas cosas pequeñas
las que a mí me agradan más,
y que en vuestra vida diaria
las podéis encontrar.
Tu hermano te necesita
¿le has sabido tú ayudar?,
ahí tienes la respuesta
si la quieres escuchar.
Ya veréis que no es difícil
solo hay que renunciar,
un poquito cada día
por mí para los demás.