Detrás de su sonrisa, se esconde la ironía,
y tienen sus palabras, lo falso del amor;
sus labios son los cactus, con amargo sabor
que llevan la cicuta que mata mi alegría.
Se viste su mirada de ingrata felonía,
de engaños y mentiras, de penas y dolor;
y tienen sus encantos, el rayo destructor
que anuncia con sus luces, siniestra profecía.
Mas sin embargo el alma desiste del combate,
igual que aquel poeta cansado de luchar;
que mira tan lejano la ingratitud vencer;
y deja que sus sueños soporten el embate,
sutil y silencioso, que sabe aprisionar
su vida, con los besos de tan sensual mujer!
Autor: Aníbal Rodríguez