Vuelves a mi como como las aves,
que al atardecer, van a sus nidos.
Ojalá haya paz y tú no lo agraves,
con tu mal talante y tus rugidos.
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Vuelves al hogar y cambia todo.
En tu ausencia hubo paz y alegría.
Ahora, debo buscar tu acomodo;
yo esperaba que todo cambiaría.
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Ya te observo con tu agrio ceño,
recordé viejas frases: Él no varía.
Quizás, todo va a ser un sueño
y seguirás expresando tu porfía.
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Si hay buen viento, ágil se moverá.
Ningún amor se aviva en el desaire.
El amor, es como una pluma al aire,
con la injuria el amor se esfumará.
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Si no hay cambio se lo lleva el viento.
Por ello, el amar es para los fuertes;
si no te encuentras feliz y contento,
será muy difícil llegar con un cuento.
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¡Es de saber que no se inventa el amor,
qué este se transpira con un floral olor!