Cuando quiero dormir pero no puedo
dan vueltas sin parar mis aposentos,
se mezcla realidad con sentimientos
y en esa situación así me quedo.
Por mucho que lo intento más me enredo
en cuitas del pasado, mis tormentos,
y no logro aclarar mis pensamientos.
Cuento las ovejitas con el dedo.
Se acerca a cortejarlas un borrego.
Las quiere conquistar con su balido:
be, be, be, be y dale que te pego
y lo único que hace es meter mas ruido.
Mi mente se calienta y hecha fuego.
Así no hay dios que se quede dormido.