Padre - Paz – Perdón – Poder – Protección – Posibilidad – Paternidad
P: linda letra, con su cuerpo alto y cabeza inclinada. Se asemeja a un árbol, que da sombra, que parece que me mira y me cuida todo el tiempo, me brinda sustento, protección y muestra gran poder. Creo que lo miro con ojos de niño, que aunque crezcan, siempre lo verán así.
Me hace pensar en el Padre, en mi querido papá.
Ya soy grande, y al crecer de verdad, se hace posible dimensionar lo que su existencia significa en mi vida.
Es curioso comprobar que todavía, aunque ya no está, puedo seguir descubriendo su legado.
Cuando somos capaces de aceptar su naturaleza y decidimos conservar lo bueno y lo que nos hace felices, soltando y disculpando lo que no fue tan así, y asumimos que también cometemos errores, es que hemos madurado.
Muchos de nosotros, no tenemos la posibilidad de decírselo personalmente con un fuerte abrazo y un beso. Aun así, tendremos la certeza de que nuestro mensaje y sentimientos acariciarán su alma. Y lo sabremos cuando, en lugar de angustia, su recuerdo nos traiga sentimientos de alegría, calidez de abrazo, amor; aunque, con esa pizca de tristeza que humanamente sentimos porque no está.
En ese momento, estamos listos para transmitir a nuestros hijos el legado que hemos recibido. Es entonces cuando estamos preparados para ser padres, guías y posibilidad para ellos.
Y muchos pensarán: … “a buena hora, ya es un poco tarde” …
Les aseguro que, de verdad, no lo es.
Claro, a esta altura, quizá, hemos desperdiciado años, por no haber sabido observar, por no haber podido brindar el buen amor, que aprendemos hasta ahora y, en primer lugar, por nosotros mismos, porque no se puede dar lo que no se tiene.
Años en que nuestros hijos convivieron y sufrieron con nuestro no saber.
Intento explicar, el decir sembrará la semilla de la curiosidad y posterior reflexión; inmediatamente y lo más importante, la acción, que la nutrirá para hacer crecer la comunicación y el amor.
Sólo el dar hará posible recibir.
Así tendrán lo bueno que rescatar de nosotros.
Si observan y eligen este legado, podrán transmitirlo a sus hijos, antes de lo que pudimos hacerlo con ellos.
Y se armará la cadena, y esa onda de amor llegará, cada vez más temprano, a las futuras generaciones; y el mundo será un mejor lugar para vivir.
Soñarlo y elegirlo hará que nuestros sentimientos y acciones se encaminen en esa dirección.
Aprendamos a sumar, a caminar de la mano, a acompañar y compartir, a reír.
Lo importante en esta vida es aprender a amar dejando de lado los juicios, con la aceptación y el respeto que cada uno merecemos.
Miriam Venezia
08/10/2021