(En homenaje a Mario Benedetti)
Los unos somos flacos,
armados de nuestra fatal constitución.
Somos silentes, fríos, temblamos de arrumacos.
Los unos nos seguimos uno a uno en lánguida procesión.
Los otros somos vírgenes, que es condena peor.
Los otros nos bañamos, pero no nos sale el olor.
Los otros comemos graso y amamos a los gatos.
Los otros bebemos y lloramos y gozamos, pero sólo a ratos.
Los unos somos incomprendidos.
Los unos son como uno,
amorosos, golfos y perdidos.
Gozamos el día a día, sádicos o masoquistas pero de consuno.
Los otros son como nosotros.
Sólo ceros desabusados por algún lenguaje binario.
Por el sí y por el no, por la noche que pasó sin piedad frente a sus rostros
y por el fatídico golpe del calendario.